Algunos son provocadores y muy sexy, los disfraces se llevan la palma porque además nos invitan a jugar, a dejar volar nuestra imaginación y hacer realidad esas pequeñas fantasías eróticas que todos tenemos reservadas en algún lugar de nuestros pensamientos.
Con los disfraces te puedes poner por ejemplo en la piel de una mujer policía que imparta autoridad, que arreste, cachee y domine a su pareja. Para fantasías más clásicas también encontramos el disfraz de colegiala o también un disfraz de enfermera con una bata bien cortita y escotada, de las que te agachas y poco tapan por delante y por detrás, listas para atender cualquier emergencia!. Pero esto no es todo, si tu fantasía es hacerlo en los baños de un avión, ¿qué tal si te haces con un disfraz de azafata? Una puede simular que el baño de casa o la cocina son esos compartimentos prohibidos del avión donde en ocasiones hemos fantaseado hacer el amor… Además este disfraz de azafata es tan cortito que prácticamente nos va a permitir cualquier postura.
No podemos negar que, aunque hay lencería para hombres, son las mujeres quienes más pueden elegir a la hora de vestir sus partes más íntimas. Sin ir más lejos, Un liguero rojo -no apto para cardiacos- que se distingue por su elegancia y sensualidad. Será muy difícil que un hombre se resista a los encantos de una mujer con este atuendo sexy. Un conjunto largo de tela de araña compuesto por dos piezas: un camisón atado por delante a la altura del pecho y un tanga a juego, ideal para mujeres con carácter. Además ensalza de manera especial la figura femenina a través de un efecto medieval y cautivador.
